miércoles, 31 de julio de 2013

Macarena y El Bueno

Todo empezó cuando en una tarde de piscina en soledad, leyendo un artículo de una conocida revista se topó con la siguiente frase: “Prefiero tomarme vasos del mejor jugo concentrado y no una jarra de naranja aguada que ni siquiera me apetece beberme entera”.
 El artículo lo firmaba un tal El Bueno, eran las 16 horas de un 29 de Julio, y cuando faltaban solo unas horas para cumplir sus 29 años, alzó la mirada como quien parece que busca a alguien en la piscina; y fue consciente de lo más duro, de la de tiempo que llevaba bebiendo vasos de naranja aguada que ni siquiera le apetecía beberlos.

Mantuvo la mirada un rato, pensativa, sin tener presencia del maravilloso cielo azul que se extendía sobre esa piscina, del agua clara y de las risas de los niños ajenos a todo lo que les iba a dibujar en un futuro la vida, que sin darse cuenta pasaría rápido frente a ellos.


Y entonces tuvo otra toma de conciencia, ¿cuándo la vida le empezó a dibujar cuadros de los que ella no quería ser protagonista? ¿Hace cuánto no se reía con ganas, con las risotadas envidiables de la niña que nunca fue?

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