Vivimos en una sociedad obsesionada con la belleza, que además viene determinada por unos cánones que no sé quien ha marcado pero el caso es que se nos exige mucho y yo así no podía vivir, tenía que tomar una decisión y ¿cual fue? quererme, aceptarme, gustarme...
Cada día escucho a amigas, compañeras de trabajo, conocidas quejarse sobre sus defectos mientras que otras consideran esos mismos defectos absolutas virtudes, por lo que todo varía según el cristal con el que se mire y si tenemos a nuestro alcance toda una gama cromática de colores por qué no elegir ese que más nos favorezca para mirarnos, sí a nosotras por que si tú te ves bien el mundo te verá bien. O no te ha pasado que un día te levantas, eliges una camisa, unos vaqueros y esas sandalias con tacón de infarto y te dan ganas de comerte el mundo y así sales a la calle con el mundo por montera, arrasando!
Pero otro día elegiendo el mismo vestuario no te ves bien, cual puede ser la diferencia?
que el espejo no está limpio y no refleja la imagen como debería?
o que al contrario su brillo refleja demasiado nuestra imagen sacando a relucir nuestros defectos?
puede ser que la camisa haya cambiado?
o que esos taconazos ya no sean aptos para pisar fuerte?
NO! la que has cambiado eres tú, en tu interior ese día no te valoras y ¿por qué? no lo sabes pero lo más importante es ¿para qué? pues para nada así que deja de mirarte y sal a la calle con esa sensación que ya tuvistes en su día cuando ibas así vestida y a comerte el mundo.
Nadie y digo bien NADIE! tiene un cuerpo 10, empezamos a valorar lo que de verdad nos gusta de nuestro cuerpo y dejamos "olvidado" todo aquello que cambiaríamos si pudieramos?

No hay comentarios:
Publicar un comentario