lunes, 22 de julio de 2013

Lucía&Madrid




Llena de ruido, de gente con prisa, de olores, de roces, de idas y venidas, de luces y pitidos, de gente perdida, de reencuentros, de despedidas, de bolsas, de alegrías, penas, llantos y sonrisas, de famosillos y famosos, de gatos y de gente de paso, esto y mucho más es la Gran Vía Madrileña.

O la odias o te encanta, sin más y Lucía era una de esas personas que le encantaba esta preciosa vía de esta maravillosa ciudad que es Madrid.
Pero a ella no le encantaba solo la Gran Vía, le encanta la Plaza Mayor, el Retiro, el Templo de Debod, La Latina, Chamberí, el Madrid de los Austrias, el Parque del Oeste, Recoletos, Colón, Alcalá, el Rastro, donde tantos y tantos Domingos había pasado, porque Lucía, no era una Madrileña sin más, era una Chulapa en condiciones, criada en Lavapies y con puesto en el Rastro.

 Por ello, puede ser explicable, su gusto por lo antiguo, por lo de otras épocas, porque Lucía, siempre ha sido un poco vintage, pero no por su forma de vestir, si no por la añoranza de tiempos pasados.
Para Lucía Madrid, lo era todo, todos sus recuerdos y vivencias, todas sus alegrías y todas sus penas y la mayor pena que le recordaba las calles de Madrid, había sido la separación de sus padres hacía cuatro años, cuando ella tenía veintitres años y sintió que todo se le caía al suelo, incluido su Madrid querido...




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